Nuestra escapada a Lisboa, fue bastante improvisada… Hasta última hora no teníamos claro si era mejor el avión o el coche. Tras barajas los pros y los contras de ambas, nos decidimos coger el coche y poner rumbo a Portugal. La conducción desde Madrid son unas 5 horas y media (con alguna parada, fácilmente se ponen en 6), pero el viaje pintaba mucho mejor con la libertad de movernos por los alrededores con vehículo propio.
Esta vez, el viaje lo hacía con mi fiel compañera de vida Ady. Planear un viaje con ella es siempre un acierto, eficaz en las búsquedas y con una filosofía de viaje muy parecida a la mía. El alojamiento elegido fue TAGUS ROYAL RESIDENCE  con una ubicación perfecta, muy céntrica y con unas instalaciones amplias y limpias. Es cierto que seguimos el criterio de las 3B, «bueno bonito y barato», ya que no teníamos intención de pasar demasiado tiempo en el hotel. Os dejo por aquí la web por si queréis echar un vistazo  (aunque nosotras lo reservamos por booking, un poco por tradición) https://www.tagusroyalresidence.pt/
Como teníamos apenas 4 días, decidimos organizar las ruta de la siguiente forma:
  • Día 1: Llegada y expedición por el centro de Lisboa
  • Día 2: Sintra y Playa de Adraga 
  • Día 3: Playa de Guincho y Lisboa
  • Día 4: Lisboa. Barrio de Belem y vuelta a Madrid
Día 1: Llegada y expedición por el centro de Lisboa

Historia de Lisboa: Para captar la esencia de cualquier ciudad es importante saber de su historia. Lisboa como muchas otras ciudades europeas han estado bajo la conquista de múltiples culturas, en el caso de Lisboa primero fueron los Fenicios, pasando por los griegos, cartagineses y romanos. El periodo musulmán y las cruzadas también tuvieron su papel importante.

Por su buena localización en la desembocadura del río Tajo, el puerto de Lisboa se convirtió en uno de los más importantes del mundo. Abrió paso al comercio mercantil y con ello a una gran riqueza, la que atrajo a judíos, genoveses, flamencos y nuevas relaciones con Asia, Brasil y África.
Tuvo la desgracia de sufrir el violento «Gran Terremoto» en 1755, el cual destruyó la ciudad y marcó un antes y un después. Con tensiones políticas y varios cambios en las posteriores décadas llegamos a la Segunda Guerra Mundial y el papel que jugó Lisboa siendo el refugio de muchos exiliados.

Como podemos observar, esta ciudad ha sido el punto de unión de varias culturas; consecuencia de esto son su arquitectura, su gastronomía y su gente.

Llegamos al hotel alrededor de las 19h, hicimos el check in, dejamos las cosas y aprovechamos para un primer paseo hacia la Plaza del Comerio (Praça do Comércio), un par de kilómetros y en 20 minutos habíamos llegado a una de las zonas con más historia de la ciudad.

Non encontramos con el Arco Triunfal de la Rua Augusta y el monumento emblemático de la Estatua ecuestre de José I a caballo. No es nuestra mejor foto, pero si la primera, y no se si os pasa, pero esa primera foto de cualquier escapada (que suele ser un selfie, desenfocada, sin mucha precisión pero si con muchas ganas) siempre me produce una sensación de nostalgia y me lleva en cierta manera a ese momento.
Como se puede intuir, la plaza tiene unas dimensiones importantes. Es foco de diversos puntos de interés: museos, restaurantes, bares, tours, barcos… Nuestra visita
Día 2: Sintra y Playa de Adraga 
Sintra
Sintra es una excursión casi imprescindible para quien pase más de un día en Lisboa. Se trata de un pueblo situado a unos 20 kilómetros de la capital, con una parte moderna que es poco menos que una ciudad dormitorio de Lisboa; pero con un casco antiguo y unos palacios históricos que son de los lugares más interesantes para visitar en la zona. La visita se puede completar, si hay tiempo pasando por los espectaculares acantilados de Cabo da Roca y acabando la jornada en Cascais y Estoril.
La parte antigua del pueblo, por su parte, está situada ya en las faldas de la Sierra y es un pequeño y encantador reducto de callejuelas (con sus correspondientes restaurantes y tiendas turísticas). Evidentemente, es la parte antigua del pueblo -y sus palacios- lo que le ha permitido ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sintra es conocida por sus palacios y sus paisajes. Entre los palacios, el más
destacado es el Palacio da Pena y los jardines que lo rodean, en la parte más alta de la montaña vecina. Pero también son interesantes el Palacio Nacional -en el centro del pueblo con sus chimeneas blancas inconfundiblesy la Quinta da Regaleira. Otros puntos de interés son las ruinas del Castillo, el Convento dos Capuchos o el palacio de la vecina ciudad de Queluz.
Esta playa está a 8 km de Sintra y creo que merece la pena: http://www.adondeir.com/lugar/playadaadraga.html
Cabo da Roca y Playa de Adraga
Desde Sintra nos dirigimos hacia el oeste y atravesamos algunos pueblos de la Sierra hasta la costa. Los acantilados de Cabo da Roca tienen interés turístico por dos motivos esenciales: Las impresionantes vistas de la costa que se nos
ofrecen desde sus 140 metros de altura sobre el nivel del mar y la curiosidad geográfica de ser el punto más occidental de la Europa continental. Una visita muy recomendable, en un entorno natural bastante aislado. Playa de Adraga: Esta playa se encuentra próxima al pequeño pueblo de Almoçageme perteneciente a Colares, en el municipio de Sintra. La Playa de la Adraga es un arenal de tamaño medio flanqueado por acantilados. En el extremo sur encontramos una roca característica con forma de arco. Es una playa frecuentada por pescadores y surfistas pero también por turismo familiar de las localidades cercanas.
El acceso es bueno mediante una carretera asfaltada y la playa dispone de parking ordenado, aunque las plazas en verano pueden resultar insuficientes debido a la gran afluencia de bañistas. La playa está dotada de servicios e infraestructuras. También hay un restaurante. Cascais y Guincho Cascais es un pequeño y tranquilo pueblo que pasó de ser un puerto de pescadores a un lugar de segundas residencias y casas de veraneo de las clases altas. Paseando por su tranquilo centro podemos encontrarnos algunas de estas mansiones, además de playas pequeñas con bastante encanto. Considerada más salvaje, la playa de Guincho está a 35km al oeste de Lisboa y la ruta más directa es a través de la A5. La ruta tiene una duración de 30 minutos evitando la hora punta. El aparcamiento principal para coches de Guincho está cerca del Bar do Guincho, al norte de la playa. El otro punto de acceso se encuentra al sur de la playa, cerca del Hotel Estalagem Muchaxo. Ambos accesos salen de la panorámica N247 que sigue la costa en dirección a Cascais.
Día 3: Playa de Guincho y Lisboa
También hay un faro, pero es opcional.
Día 4: Lisboa

¿Qué ver en Lisboa?
El centro histórico de Lisboa es la zona más cercana al río Tajo, con varias partes bien diferenciadas por las colinas de la ciudad. Lo podemos recorrer fácilmente por nosotros mismos en transporte público – sobre todo con el popular tranvía 28– o a pie.

La Baixa es el corazón del centro histórico de Lisboa. Se trata de la parte llana de la ciudad situada entre las colinas que albergan a los barrios de Alfama y el Chiado y se caracteriza por sus calles rectas en forma de cuadrícula. Este trazado urbano no es el original de la ciudad, ya que las olas provocadas por un fuerte terremoto a finales del siglo XVIII arrasaron la ciudad y tuvo que volver a ser reconstruida por el Marqués de Pombal siguiendo las costumbres urbanísticas de la época.
La Baixa va desde la Plaza de Don Pedro IV -coloquialmente conocida como el Rossio– por el norte, hasta la orilla del río Tajo, por el sur; y está limitada al este y al oeste por las colinas que albergan a los barrios de Alfama y el Chiado respectivamente. Tiene como arteria principal la calle peatonal de Rua Augusta, que atraviesa el barrio de norte a sur y nos lleva a la monumental plaza del Comercio -también conocida como Terreiro do Paço- tras atravesa el arco de la Rua Augusta. Es la calle turística por excelencia del centro de la ciudad y en ella nos encontraremos decenas de restaurantes y tiendas de recuerdos. Arco de la Rua Augusta, con su nuevo mirador en la parte más alta.
La Plaza del Comercio es la explanada que abre Lisboa al río y una de sus estampas más conocidas. Los edificios de fachadas amarillas rodean tres de sus cuatro laterales, quedando abierto el sur al río, al que podemos acceder a través de unos escalones. En ellos se ubican varios ministerios, así como el Lisboa Story Center.
La Baixa es la base de cualquier paseo turístico. Está comunicada con el resto de la ciudad con las estaciones de metro de Rossio, Baixa-Chiado y Terreiro do Paço y tiene una animada vida comercial. Desde allí podemos acceder fácilmente a pie o por tranvía a otras zonas turísticas de Lisboa o a la zona de restaurantes de Portas de Santo Antao.

Alfama
Al este de la Baixa se sitúa la colina donde se encuentran algunos de los barrios más típicos de Lisboa. Principalmente Alfama -el más famoso-, pero también otras zonas como Mouraria o Carmo. La forma más turística y
pintoresca para moverse por él es utilizando el tranvía 28, pero también se puede caminar si no tenemos problemas con las cuestas o los adoquines. En esta colina se encuentran las ruinas del Castelo de Sao Jorge, castillo fundamental en la reconquista de la zona y desde donde se tiene la que, posiblemente, es la mejor vista aérea de Lisboa. En el camino al castillo desde la Baixa habremos pasado también frente a la Sé, la catedral románica, que sin ser la mayor iglesia de Lisboa, sí es una de las más antiguas. Alfama es un barrio de callejuelas, el más antiguo de Lisboa, y cuenta con una importante tradición de fado. Recorrer sus callejones es tener una imagen de la Lisboa más tradicional. Desde miradores como los de Portas do Sol y Santa Luzia se tienen muy buenas vistas del barrio con el río Tajo de fondo. En la parte ya más alejada de la Baixa -ya cerca de la cuesta abajo hacia la estación de tren de Santa Apolonia– podrás encontrar los martes y los sábados la Feria da Ladra, la versión local de los mercadillos callejeros.

Chiado y Barrio Alto
Si al este de la Baixa se encuentra el barrio más popular de Lisboa, el oeste es para el señorial barrio del Chiado, de tradición intelectual. El barrio sufrió un aparatoso incendio en 1988, tras lo que ha sido renovado adquiriendo un carácter algo menos tradicional y más comercial, pero sigue siendo un lugar vinculado a la cultura y la bohemia local. En él, por ejemplo, podremos encontrar algunas de las librerías más
tradicionales de Lisboa o cafés con tradición literaria, como A Brasileira, con su estatua de Fernando Pessoa sentado en una mesa colocada junto a su puerta. Aparte de ser una zona comercial con presencia de numerosas franquicias de moda y de un centro comercial en los  renovados Armazens do Chiado.
Para acceder a él podemos ir por las calles en cuesta o, un modo más turístico de hacerlo, por el tradicional Elevador de Santa Justa, que eleva imponente su estructura de hierro sobre la Baixa. Sigue siendo parte de la red de transporte de la ciudad, pero hoy ha quedado más para uso turístico que otra cosa. En la parte superior tiene un mirador (por el que se paga aparte), desde el que hay vistas muy bonitas del centro de la ciudad. Junto a él tenemos las ruinas del Convento do Carmo, hoy convertido en Museo Arqueológico. El Largo de Camoes pone fin al Chiado y nos abre la puerta de otra zona muy popular de Lisboa en cuanto llega la noche: El Barrio Alto. El Barrio Alto se extiende por las callejuelas situadas inmediatamente al norte del Largo de Camoes y es el lugar más famoso de la vida nocturna de Lisboa, abarrotado de pequeños bares de muy diversos estilos y donde todas las noches de la semana hay personas que disfrutan de su bebida y su conversación bien en los diferentes locales, o bien en la calle. No es una zona de discotecas abiertas toda la noche, sino de bares que sirven para socializar y
divertirse hasta una más que razonable hora de la madrugada.

Otras zonas del centro histórico y alrededores

Dependiendo de lo rápido que nos movamos por el centro histórico y las ganas que tengamos de recorrer la ciudad, podremos recorrer también otras zonas algo más apartadas del recorrido habitual.
Al norte del Rossio, por ejemplo, se encuentra la Plaza de los Restauradores, con su obelisco en la parte central que conmemora la separación de España. Desde allí se abre una amplia avenida con bulevares ajardinados -la Avenida da Liberdade-, que llega hasta la zona de Marqués de Pombal y alberga las tiendas de lujo de la ciudad y los teatros con más tradición y solera de Lisboa. Marqués de Pombal es la enorme plaza que marca el comienzo del centro económico y moderno de la ciudad. Es, también, un típico cruce de caminos. En ella comienza el Parque Eduardo VII. Ya es alejarse del centro, pero desde su parte más alta podemos contemplar una muy buena vista de todo el centro. Lisboa es una ciudad de colinas, así que también lo es de miradores. En la zona del Chiado y el Barrio Alto se pueden tener también vistas fantásticas de la ciudad desde el Mirador del Jardim de Sao Pedro de Alcântara o en el de Santa Catarina (también conocido como Adamastor). Por su parte, en Alfama está el Mirador de Graça y el de Santa Luzia, a pocos metros del Castillo de Sao Jorge.
Mirador de Santa Luzia. Foto via Wikimedia Commons.
En los alrededores de la Plaza del Rossio tenemos también algunos puntos de interés. La estación de tren que le da el nombre coloquial, con su fachada modernista, es un buen ejemplo. Y, en uno de sus costados, la típica tienda de aguardiente de guindas conocida como la Ginjinha, justo frente al comienzo de la Rua de Portas de Santo Antao, abarrotada de restaurantes.
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Parque de las Naciones
La versión de la Lisboa más moderna la volvemos a encontrar junto al río, aunque esta vez bastante más al noreste del centro histórico, con la zona del llamado Parque de las Naciones, en los terrenos que albergaron la Expo 98. Es como estar en otra ciudad diferente de Lisboa, ya que la arquitectura y la estructura urbana de este barrio no tienen nada que ver con el resto de la ciudad.
El Parque de las Naciones de Lisboa alberga algunos puntos de referencia de la vida de la ciudad. Allí se encuentra la Estación de Oriente –diseñada por Calatrava-, el Pabellón Atlántico -sede de grandes eventos deportivos y conciertos-, la Feria de Lisboa, el Centro Comercial Vasco de Gama y el espectacular Oceanário, que es la mejor atracción para quien visita Lisboa con niños.
Todo ello, incluido en un entorno con amplias avenidas y paseos peatonales junto al río Tajo en el que han florecido también numerosos restaurantes y bares donde disfrutar de una cena agradable o una primera copa para comenzar la noche.
Transporte en Lisboa
Coche: sobre parkings públicos y peajes, consultar esta web:

Transporte público:
*Plano del metro
Para moverse en metro y demás transportes públicos (autobús, tranvía, elevadores, etc.), están mejor de precio los abonos diarios. Existe la Tarjeta 7 Colinas / Viva Viagem: de uso personal, cuesta 0,50€ y funciona recargando en ella los títulos de viaje que necesitemos.
Para recargar el abono diario, el precio de un día completo es de 5€ y se puede recargar tanto en quioscos de prensa como en las estaciones de metro. Aunque sólo sea por comodidad recomendamos comprar la Tarjeta 7 Colinas y recargarla diariamente. Si es para el primer o último día y no compensa la tarifa diaria, lo mejor es recargar un billete sencillo.

Día 5: Barrio de Belem y vuelta a Madrid

Fuera ya de lo que es el centro histórico, Belém es la más turística de ellas. Está  situada junto al río Tajo, a pocos kilómetros ya de su desembocadura, en el extremo oeste de Lisboa. En ella se encuentran, a una distancia de pocos metros entre sí, tres de los monumentos de Lisboa más populares: La Torre de Belém, el Monasterio de los Jerónimos y el Monumento a los Descubridores.
también tenemos cerca la popular fábrica de los Pasteles de Belém, una referencia de la repostería portuguesa y uno de los recuerdos más típicos que podemos llevarnos de la ciudad.
Todo ello, rodeado por jardines en los que relajarnos después de un duro día de visita a Lisboa o, si el tiempo acompaña, incluso tumbarnos un poco en el césped.
Podéis ver con detalle cómo llegar a Belém en esta guía de transporte urbano para turistas que publicamos anteriormente, pero la manera más fácil es tomar el tranvía 15 desde la Baixa o Cais do Sodré, en nuestro caso fuimos en coche ya que desde allí tomábamos rumbo a Madrid.
Tiene tips sobre dónde aparcar y demás, y sugiere aparcamientos (cerrados o abiertos).
Video Lisboa